martes, octubre 11

Abajo el pezón



Días atrás la firma Victoria's Secret se abstuvo de transmitir en la televisión norteamericana su tradicional desfile de ropa interior femenina debido a que, hace cosa de dos meses, Janet Jackson echara uno de sus senos al aire durante el medio tiempo del Superbowl, derrape que escandalizó a las abuelas, despertó los celos de las señoras planchas, mientras concedía un merecido aunque fugaz gustazo a los esposos aburridos de lo mismo siempre. Como se ve, la televisión gringa sufre hoy una racha conservadora (en la última entrega del Oscar por primera vez la transmisión satelital reservó tres segundos en diferido que permitieran a los censores suprimir comentarios impropios) cuyo fin es el rescate de la decencia y las sanas costumbres, tan de capa caída en estos tiempos.
Damos por sentado que mostrar el rabo por la TV de la nación que preside Bush es hoy una fechoría digna de cárcel y ni se diga exponer un mínimo rastro de vello púbico, aunque sea un pelito asomado fuera del traje de baño o la llamada “sombra” que suele aparecer días luego de acicalada la totona, perversión suficiente para que, en algunos estados de EEUU y con toda razón, la exhibicionista que a ello se preste sea conducida a la silla eléctrica para que el corrientazo fulminante achicharre su desvergüenza (y de paso al pelito perverso).
El pezón es otro perseguido, asunto que explica por que Discovery Channel ahora lo piensa dos veces antes de transmitir esos documentales donde mujeres africanas salen de viciosas mostrando las lolas; o que editen los programas en que unas sátiras inician a la teleaudiencia en el amamantamiento de los críos.
Ante esta cruzada del decoro que nos viene del norte, propongo para la televisión criolla -habituada a repetir al caletre los patrones foráneos- ciertas sugerencias que rescaten la virtud perdida (aunque no me sorprendería que un censor visionario al que le disguste enormemente la exhibición mediática de pechugas, y que cocina sabroso, tiene la letra bonita y viva con su mamá, ya se encuentre en plena redacción de un cuerpo estatutario que redima a la Sodoma y Gomorra en que tiende a convertirse nuestra pantalla):
- MISSES EN BURKA. Sustituir los desfiles en traje de baño del Miss Venezuela, por desfiles en burka, esa prenda enteriza que tan noblemente cubre la doncellez talibana.
- BETTY AL REVES. Que al principio de la telenovela la protagonista salga buenasa y millonaria, y el galán la repudie por ello. A medida que avance la trama, la chica se pone lentes culo e´ botella a causa de una creciente miopía, engorde, quede pobre y nunca se lave el pelo.
- DOÑA FLORINDA. Nadie ha reparado en qué carrizo hace esta señora cuando recibe en casa al profesor Girafales y cierra la puerta a sus espaldas sin dejarse ver por un buen rato. ¡Fuera!

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