sábado, marzo 11

Blaine, una mamita




Permanecer dentro un bloque de hielo durante varios días o en una jaula de plexiglás suspendida por mes y medio sobre el río Támesis, son algunas de las bobadas con las que el ilusionista David Blaine pretende estafar al mundo. Eso no es nada. Yo, modestia aparte, la semana pasada me compré un martillo donde un buhonero. Al tercer golpe sobre el clavo, la cabeza de dicho instrumento salió disparada del mango rumbo a mi frente; con una ágil contorsión anatómica que ni Keanu Reeves en Matrix, logré evadir aquella arma mortífera que (sean ustedes comprensivos; ya me irá mejor luego de ensayos diversos) fue a dar justo en el dedo chiquito de mi pie izquierdo. Sobreviví ¡Eso sí es lo que se llama una hazaña!
Y es que quienes suelen comprar los sugerentes artículos despachados por los trabajadores de la economía informal, muestran una audacia que ya quisiera para sí Criss Angel, otro farsante igual que Blaine, y quien hace meses acometió la simpleza de levitar gracias a unos anzuelos sujetos a la piel de su espalda. Cosas de mamita. Yo -porfiado en curucutearle las barbas al destino- adquirí de manos de un buhonero uno de esos aparaticos que, tras ceñirse alrededor de la cintura durante unos cinco minutos de mini descargas eléctricas equivalentes a 1.800 abdominales, dotan de una excelente figura a quienes en el transcurso de la sesión miran la tele o pelan el ñame para un sancocho. Lo estoy contando de vaina. Las puntas de mis dedos aún centellean como luciérnagas durante las noches sin luna. Pero, eso sí, me quedó una permanente del carajo, a lo Pastor Oviedo.
No conforme con estas hazañas, adquirí una videograbadora (obviamente, por los lados de El Cementerio) para, con fines promocionales, documentar mis futuras proezas que adelanto aquí por si algún patrocinante se anima a financiar epopeyas realmente heroicas:
- Comer sushi en un tarantín de Capitolio.
- Descubrir ante el público expectante si quedo tuerto, pierdo un ojo, ambos, o simplemente se me raya la cornea, tras cambiarme el color de los ojos gracias a unos lentes de contacto adquiridos al aire libre en Sabana Grande (el reto será enriquecido luego con una operación de cataratas y hasta a corazón abierto posibles de conseguir a precios módicos por los lados de la Baralt).
- Fumar un cigarro detallado de esos de marca indeterminada, y en medio de los efectos alucinógenos hacer el cuatro o cruzar la autopista Francisco Fajardo.
- Colocarme un piercing y que al mes no se me cierre el ombligo.
- Adquirir una extensión, conectarla al tomacorriente, pero evadiendo el mismo destino de William Kemmler, primer condenado a la silla eléctrica.
- Comprar una película en DVD y cuando en las escenas finales la imagen se congele o el doblaje al español parezca una cinta de Almodóvar, no caer fulminado producto de una letal y muy justificada arrechera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo tengo un amigo q si q es tremendo mago y de verdad q lo envidio por su gran truco xq es una cosa imposible... estudia ing civil en luz va en el 7mo semestre liso y con promedio de 17.algo tiene 3 años con la novia y año y medio con otra y es legal en las dos casas, cada vez q alguien o bueno al menos yo lo invito a q salgamos asi en grupo y tal es el primero q llega y el ultimo q c va echo tri sevillo(rara vez sale con las novias!!) y no importa el dia xq lo puede hacer cualquier dia de la semana je. Estoy seguro de q eso no es ninguna ilusion q tal?? eso si es algo increible y es una digna situacion de hacer la pregunta del millon... Como lo hace????

Anónimo dijo...

mmmmm LOSER (leelo como se escribe)