jueves, junio 21

La trocha va a terapia

- Ay, doctor, no sabe la depre que cargo encima.
- ¿Qué te pasa ahora, trocha?
- ¿Que qué me pasa? Pues que por año y medio fui el primer lazo terrestre de Caracas con el mundo, que medio país estaba pendiente de mí cuando llovía o si sufría un deslizamiento, hasta un bombillito quemado dentro de mi alumbrado público era noticia de primera página. Pero ahora que se inauguró el viaducto Caracas-La Guaira, no sé qué quién soy, de dónde vengo o a dónde voy.
- Es obvio que enfrentas una crisis existencial tras pasar a formar parte de la masa de desempleados.
- ¡No sabe, doctor, cuanto aborrezco al nuevo viaducto!
- También percibo en tus palabras un odio hacia el padre que refleja un complejo de Edipo aún no resuelto.
- Desde el principio se ensañaron en mi contra. No es que aspirara a que me calificaran de autopista, tampoco así; pero bien pudieron llamarme carretera, arteria vial, o al menos pasaje asfaltado, que suena más elegante y hasta poético. Pero no. Tenían que ponerme “trocha” ¡Por poco y me tildan de cañada! Y ahora que nadie me necesita, seguramente me tirarán al olvido hasta que me llene de oscuridad y de huecos como la carretera vieja a La Guaira.
- No te dejes llevar por la paranoia.
- Ninguna paranoia ¿Sabía que en Margarita a la avenida Santiago Mariño y la 4 de Mayo, así como a la 5 de Julio y la Bella Vista de Maracaibo, les revolvía el hígado mi popularidad? Ahora deben estar gozando un puyero con esta desgracia.
- Eres muy joven para cargar con resentimientos sociales. Aprovecha este cambio para reinventarte ¿No has pensado en convertirte, que dijo yo, en Calle del Hambre?
- No me gustan las chistorras. Cuando mucho, me prestaría los fines de semana para un Mercal al aire libre.
- ¿E incursionar en la política?
- ¡Ni loco quisiera volverme ruta de marchas o centro de manifestaciones! He oído que las llenan de orine, botellas, pintas y volantes, por decir lo menos. Aunque, gracias a mi buen corazón, pudiera servirle a la humanidad convirtiéndome en pista para que vengan a correr quienes gustan del pique de carros. Con un poco de suerte, se iría por el barranco uno que otro competidor.
- Primero tienes que trabajar tu autoestima.
- Es que soy realista, doctor, y sé que nunca seré una leyenda como la Calle Corrientes de Buenos Aires o la Quinta Avenida de Nueva York.
- Pero debes definir tu proyecto de vida.
- Me conformo con poco, y sería enormemente feliz si alguien se acordara de colgarme un adornito o unas pocas lucecitas en la próxima navidad.
- Con empeño obtendrás tus sueños, trocha. Y ahora te dejo, que me toca una sesión de hipnosis con la avenida Libertador.
- Tenga cuidado, doctor ¡mire que esa es una bandida!

3 comentarios:

Yudith Valles de Perez dijo...

Le toca tener una laaarga terapia a Trocha, que no esta tan equivocada porque... cuando hay santo nuevo el viejo no hace milagros...

Lugnita dijo...

Jajaja, genial, sencillamente genial. Te has ganado la adición a mis marcadores del firefox, el mayor galardón que puedo dar. (Si, qué desgracia, ¿no?).

Adieu!

Hector Mendez dijo...

excelente como siempre. Magistral!!
muy buena la personificacion de la trocha!!