miércoles, julio 18

Henrilson José y los baños de cariaquito mora´o

Apenas leí en el periódico que la escritora J.K. Rowling amasó una fortuna superior a la de la Reina de Inglaterra gracias a las novelas de Harry Potter, me abalancé sobre la computadora para iniciar la redacción de una epopeya infantil cuyos jugosos dividendos paguen parte de mis deudas. A la exitosa fórmula del aprendiz de mago, le incorporé un toque de color local cuyas características dejan en pañales la emoción generada por las arañas monas gigantes y los dragones hambrientos de la saga inglesa.
Mi Harry se llama Henrilson José, hijo de una ama de casa, y un mototaxista residente en El Guarataro que todos los días regresa vivo al hogar tras cumplir su riesgosa jornada por las calles capitalinas (de ahí le vienen al chico sus poderes mágicos). Pero un día al padre lo detienen por no llevar en regla los papeles de la moto ni medio en el bolsillo para mojarle la mano al fiscal de tránsito, percance que lleva a Henrilson José a asumir el sustento familiar.
Enterado de sus habilidades extraordinarias, nuestro protagonista decide ganarse la vida dando ramazos con cariquito mora´o y prediciendo el futuro mediante la lectura del tabaco y de la borra del café. Obtiene una nutrida clientela por acertar regularmente los números de la lotería y los ganadores de las carreras de caballos, razón por la que el Seniat lo acusa de evadir impuestos, suspendiéndole la concesión del negocio de esencias que Henrilson José había montado en el mercado de Quinta Crespo.
El héroe se ve obligado entonces a improvisar malabares bajo los semáforos de la Libertador, momento cuando conoce a dos magos fabulosos: Lila, que domina el secreto de la vida eterna, y Lapi, consumado escapista. Juntos practican trucos sin precedentes, tales como la interpretación de los sueños sin consultar el Libro de San Cono, o conseguir por medios sobrenaturales un kilo de caraotas negras.
Pero basta que los chicos se inscriban en una escuela pública para descubrir que sus poderes no son nada del otro mundo: en el centro educativo es bastante común observar a padres y representantes apelando al arte de la hechicería durante la compra de los útiles escolares y el uniforme, o a los maestros llevando sendas pepas de zamuro como talismán para el cobro de los Cestatickets. De esta manera Henrilson José confirma la sospecha que intuía desde el principio de sus aventuras: en este país sobran los magos que hacen que eso de perseguir una pelotica montado sobre un palo de escoba parezca una ocurrencia más del Hermano Cocó.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Genial: le veo potencial de película y todo. Prepárate para que Farruco le quite al Glover lo que te pertenece.

Pero date prisa en publicar, que ya en Londres están buscando al sucesor de Harry, y alguien habla ya de una saga en ciernes sobre un niño detective que descubre unas galerías secretas debajo de la ciudad, o algo así.

Especie de alcalde caraqueño que se devana los sesos sobre qué hacer con el túnel "ensanduchado" entre el Metro y el bulevar de Sabana Grande.

Está escrita (la nueva aventura milmillardaria) a cuatro manos, y uno de los autores necesitó ser botado de su trabajo para darse cuenta de su potencial. De aquí salgo a patear por el culo a mi jefe, y hablamos después para ponernos en lo de la colaboración...

Un saludo.

Luis Alejandro Ordóñez dijo...

Excelente, deberías incluso hacerle varios capítulos más, porque esa lucha entre magos en el colegio promete emociones importantes. Un gran saludo

Anónimo dijo...

jajajaja, que bueno está este blog, que harry potter ni que ocho cuarto, vayan a un supermercado para que vean lo que es hacer magia.