jueves, mayo 1

Manual para bañarse con tobo

Así como muchas familias acaudaladas sucumben ante las intrigas durante la disputa por una herencia, el alma de los hogares humildes queda al descubierto cuando falla el servicio de agua: toman cuerpo los rencores latentes, hay actos de grandeza y avaricia, o se desvela la parcialidad de la madre que guarda para su hijo favorito todo el contenido de la palangana.
De allí que conocer las reservas que hay en casa sea el primer detalle a manejar al momento de bañarse con un tobo de agua: ninguna otra práctica agrieta con tanto encono la armonía familiar que un reparto imprudente del preciado líquido; y si atesorar para los seres queridos una cuota suficiente habla muy bien de sus sentimientos, acabarse toda el agua o dejar apenas dos dedos es una muestra de egoísmo que será cobrada con gritos y justas recriminaciones.
Pasemos ahora a una fase crucial, el cálculo de la cantidad de agua requerida. Los negligentes sacan al ojo por ciento la dosis necesaria, cuando dicha estimación exige conocimientos matemáticos aunados a nociones de mecánica de fluidos. Para evitar la enojosa experiencia de que se agote el contenido del envase mientras usted sigue con medio torso enjabonado, multiplique su altura corporal por cada 10 kilos de peso y al resultado sáquele la raíz cuadrada; tras eliminar los decimales, divida la cifra obtenida por cada 5 mililitros cúbicos del elemento acuoso y conocerá la porción precisa para una limpieza integral de su rabadilla.
También puede elegir la dosis guiándose por la magnitud del evento que lo llevó a bañarse. Para una visita al centro comercial bastará un tratamiento instantáneo con el agua recogida en una ensaladera; pero si se trata de una entrevista de trabajo o una cita con el ginecólogo o urólogo, no dude en servirse de las generosas dimensiones de una olla mondonguera. En cualquier circunstancia, evite que le dé un pasmo poniendo a entibiar la solución con una taza de agua recién hervida por cada litro y medio de sustancia remanente.
A los inexpertos en bañarse con tobo se les reconoce porque siempre olvidan el utensilio estrella, la garrafa con la que esparcir el agua sobre el cuerpo, y se les ve salir en su búsqueda con la toalla atada a la cintura mientras vociferan terribles maldiciones contra Hidroven. La lata de leche vacía es una oferta mítica para reproducir ese gesto que tantas escenas inspiró al cine venezolano; pero considérese un privilegiado si dispone del recipiente con la capacidad exacta para refrescarse la nuca en un solo movimiento, la honorable totuma, regalo con que la naturaleza pide disculpas por entregarnos tiempos de sequía.
Queda por resolver si usted se bañará solo o acompañado. Con la primera alternativa podrá cantar bajo la ducha inoperante sin que su interpretación sea opacada por la estridencia del chorro; mientras que bañarse con tobo y acompañado depara inolvidables experiencias eróticas (¡eche a volar su imaginación con la totuma!), avivando así el fuego amoroso que pudo haberse extinguido porque su pareja olvidó pagar el recibo de este servicio, no sabe ni jota de plomería, o nunca previó la instalación de un bendito tanque de agua.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En medio de tantas crudezas resueltas con carcajadas, una perlita poética: "...la honorable totuma, obsequio con que la naturaleza pide disculpas por entregarnos tiempos de sequía." Buenísimo, Cástor.

Anónimo dijo...

jajaja xD.. manual para bañarse con tobo xD..

buena tobo D:!