viernes, octubre 17

El drama del consejero matrimonial

Todo profesional ha de constituir un ejemplo en la disciplina que ejerce, o… ¿confiaría usted en un asesor financiero sin una locha en el banco y perseguido por los acreedores? ¿Dejaría su rostro en manos de un dermatólogo con el cutis azotado por el acné? Pero son los consejeros matrimoniales quienes precisan de una paciencia ilimitada al momento de servir de modelos.
¿Pueden divorciarse los consejeros matrimoniales? En caso de que ninguna ley lo impida, al incuestionable estrés que conlleva toda separación conyugal se añadiría el hundimiento de su credibilidad ante la clientela. Les está prohibido -al menos en público- exhibir una expresiva manifestación de enojo marital, un gruñido liberador, hasta una modesta sacadita de madre significaría la ruina.
El drama se intensifica si el consejero matrimonial es famoso y la gente lo reconoce en la calle. Hasta una cola en el cine en compañía de la pareja representa un desafío que demanda soluciones creativas, marcadas siempre por el respeto más la imprescindible comunicación:
- Quisiera ver una comedia romántica –propone la señora del consejero matrimonial.
- Es que, mi amor, las dos últimas películas que vimos pertenecían a ese género cinematográfico - argumenta como corresponde a todo dechado de comprensión.
- No, la última que vimos fue de muertos vivientes. Tú no me complaces en nada.
- Tenemos un problema de comunicación que debemos resolver para alcanzar el equilibrio deseado.
- Guárdate los sermones para el consultorio.
- Sugiero entonces que cada cual entre en la función que quiera y nos encontramos a la salida, decisión que reafirmaría nuestra autonomía como individuos.
- ¡Tú lo que me quieres es abandonar! ¿Es porque yo gano más que tú, verdad? ¿O por los problemitas que últimamente has tenido en la cama? Porque, francamente, pa´ muerto viviente tú.
- Tesoro, te están escuchando todas estas personas acá presentes.
- ¡Me importa un carrizo! Y si lo que quieres es que nos separemos, ya vas a ver que te voy a dejar en la calle.
- Los conflictos que afectan la convivencia deben tratarse en la privacidad del hogar.
- Y olvídate de volver a ver a los muchachos.
- Debemos actuar basados en la empatía como pilar de la relación –insiste el consejero, pasándose el antebrazo por la boca para borrar cualquier rastro visible de espuma.
- Qué fastidio contigo. ¡Y ya no me pellizques!
- La confianza es crucial para salir de la crisis.
- Échate pa´llá que me estás apretando muy duro el brazo.
- Hay que aprender a dialogar para obtener el preciado tesoro de la armonía.
- No me arronces así que me caigo por…
- Y una vez que renuncies a los resentimientos…
- ¡las escaleraaaaaaaaassss….!
- ...verás que la alegría regresa a tu corazón.

1 comentario:

ASIG dijo...

Jajajaja!!!
Muy muy buena e interesante reflexión!!!
Mientras leía, decía para mí "en algún momento el consejero tiene que llegar al límite"
Muy buen final jajaja... Saludos!

P.D. Te invito a pasar por mi blog :-)