lunes, junio 23

Bronca solidaria

La generosidad no abunda como arroz pica´o, por lo que las organizaciones caritativas lidian entre sí como tigres para obtener una porción de tan escaso bien. Vale todo, resultando el comadreo una fórmula de extendido uso entre las almas piadosas: si usted establece contacto con una asociación solidaria, digamos que con alguna esmerada en atender a los perritos de la calle, llegará el día en que uno de sus pioneros lo lleve a un rincón para confiarle: “Chico… ¿sabías lo de la fundación tal y cual? No es por nada, pero allá se cogen los reales de los desparasitantes, a los animalitos no les ponen ni agua, ¡ah!, y aquí entre nos –en este punto el tono de la revelación muda a susurro-, su secretario general acaba de montar un puesto de pinchos en el Mercado Guaicaipuro…”.

Y es que en el campo de batalla de las buenas intenciones también aplica el costo de oportunidad, concepto según el cual toda decisión se toma a expensas del sacrificio de las otras decisiones posibles; es decir, cuando usted ofrece un donativo para la conservación de los manatíes, está renunciando a destinar ese dinero al resto de la fauna en peligro de extinción. Muchas ONG´s y asociaciones benéficas saben esto y no dudan en arrimar, a toda cosa, el barco de la piedad a la orilla de su causa (cuya nobleza, que conste, no pongo en duda en la mayoría de los casos).
Ante tan reñido combate por conquistar al voluntariado, creé hace poco una organización sin fines de lucro consagrada a mediar las peloteras entre las organizaciones sin fines de lucro. Se llama "Fundación contra la Guerra Sucia entre Fundaciones" (Funguesufunda). Transcribo en las siguientes líneas un fragmento de la minuta recogida durante nuestra primera asamblea:
- Los ancianos han entregado su vida a la sociedad y como retribución lo menos que podemos hacer es ofrecerles una vejez tranquila –propuso el encargado de velar por los derechos de los pensionados.
- Maravilloso, aunque no olvidemos que en los niños radica el futuro… –dijo el defensor de la infancia abandonada.
- ¡Un momento, que sin planeta no hay ancianos ni niños! –intervino el delegado de la causa ecologista.
- ¿Y de qué valen los osos frontinos cuando un marido llega vuelto leña y muele a palos a su mujer?– se interpuso la delegada contra la violencia doméstica-. ¡Y a quien opine lo contrario le caigo a trompadas!
Volaron sillas al final de las deliberaciones, por lo que Funguesufunda prestará un gran servicio terciando en tan deslenguada carrera por hacer el bien. Claro, para cumplir con este propósito Funguesufunda apreciaría contar con su valioso aporte, preferiblemente en metálico. Prometo que los recursos serán manejados con responsabilidad y transparencia, no como en algunas organizaciones dizque benéficas y cuyos apoderados he visto, ‘con estos ojos que ni el sueño somete’, en peñas hípicas y salas de bingo… (aquí entre nos).

sábado, junio 21

Cronología del destape

En el Génesis:
Spencer Tunick invita a los habitantes del jardín del Edén para que participen en la primera serie de fotografías con muchísima gente empelotada. A la cita sólo acuden dos personas... Tunick, decepcionado ante el fracaso de la convocatoria, no toma la foto.

4.000.000 años A.C.
Durante el periodo del Plioceno, un Australopithecus entra imprevistamente a la cueva y por vez primera sorprende a la Australopitheca sin nada de piel de bisonte que la cubra. De ahí en adelante pasa a ser homo erectus.

3.000 años A.C.
Los egipcios inventan el calendario solar, que por encontrarse basado en los movimientos del astro rey, sobresale como el primer calendario caliente de la historia.

1501-1504:
Miguel Ángel esculpe el David. Por el tamaño de los genitales que exhibe la pieza de mármol, los estudiosos concuerdan en que el sujeto que sirvió de modelo acababa de bañarse en una piscina con el agua muy fría y que, de paso, tenía una camioneta 4x4 y doble cabina.

1901:
Nace Mariano Picón Salas.

1908:
El arqueólogo Josef Szombathy descubre en una excavación la Venus de Willendorf, con lo que se despeja plenamente la posibilidad de que existiese liposucción y dieta de puntos unos 25 mil años antes de Cristo.

1917:
Condenan a muerte a Mata Hari, espía y bailarina exótica, famosa por bailar “La danza de los siete velos” o -como mejor se le conocía entonces- “La danza pa´ velo”.

1934:
Disney estrena los dibujos animados del pato Donald, personaje vestido apenas con una camisa de marinero y sin pantalones, resultando el primer desnudo frontal de una comiquita que continúa transmitiéndose hasta el día de hoy ante la mirada impasible de CONATEL.

1972:
Comienzan a emitirse los capítulos de Mazinger Z, donde la robot Afrodita A, piloteada por Sayaza Yumi, promueve el nudismo al lanzar sus senos como misiles al grito de "¡pechos fuera!".

1979:
Janet Jackson -de apenas trece años de edad- estaba viendo el Miss Mundo cuando observa como Tatiana Capote deja “accidentalmente” al aire uno de sus senos. Janet trama entonces hacer lo mismo 16 años después.

2006:
Ocurre un escándalo sin precedentes cuando a mitad de un programa televisivo se le desprende a Marta Colomina un botón de la manga izquierda de su camisa cuello tortuga.

2007:
Britney Spears no tuvo reparo en quitarse la ropa (esa vez para ir a bañarse).

2008:
Peatones varios que transitan en horas de la madrugada por la avenida Baralt, entran vestidos y salen en pellejín, sin reloj ni cartera ni montura de carey y mucho menos perforaciones palatinas bañadas en oro.

lunes, junio 9

Sofá cama

Gracias al precio de los inmuebles pocos pueden darse el lujo de tener en su casa o apartamento esa excentricidad que en las películas llaman ‘habitación para huéspedes’. Como sustituto tenemos el sofá cama, recurso inscrito dentro de la tendencia multiuso, como las fotocopiadoras que también escanean e imprimen, o las amantes que –además- lavan, zurcen medias y son magníficas en la cocina.
No bromeo al decir que nuestro sosiego deriva de la elección del modelo apropiado. Todo dueño de sofá cama sabe que decidirse por un ejemplar acogedor significa echarse una soga al cuello, y a temblar cuando el pariente político que quedó en la calle tras su divorcio pregunte si el relleno es de goma espuma o de pluma de ganso y demás cualidades ergonómicas. Y es que un sofá cama ejerce en los desamparados el mismo atractivo que la luz de neón entre los insectos.
- ¿Cómo dormiste?
- ¡Chévere! ¡Este sofá cama es una maravilla! -y ya no habrá licuadora encendida a las 6 de la mañana que amedrente al invasor. Lo que fue adquirido para que un visitante con tragos de más sobrelleve la resaca, pasa a convertirse en un dormitorio improvisado en medio de la sala, rinconera como mesita de noche mediante. Así, el sofá cama declina a cama sofá o -en los más terribles casos- sólo cama.
Nunca supimos cómo abrir y cerrar aquel armatoste sin machucarnos un dedo, pero a la tercera noche de permanencia ya el refugiado consuma la operación con asombrosa habilidad, al punto de enseñarnos (antes de irse a dormir… nuevamente) el truco para que la suma de clavijas encaje en sus correspondientes ranuras.
La segunda posibilidad -adquirir un sofá cama de esos que a la menor presión clavan la punta de sus resortes justo en el cóccix- podría resultar contraproducente pues ignoramos cuándo nos servirá de exilio, que quien sin previo aviso llegue de madrugada a casa lo espera pan con boloña y sofá cama. Su uso revela el estado de la relación amorosa. Luego de una leve disputa los miembros de la pareja suelen aislarse en cada extremo de la cama y deseando que el colchón midiera varios kilómetros (sospecho que quienes compran una súper king size persiguen ese deseo de distancia, desentenderse un poco de lo que ocurre en la otra orilla de tan blando y espacioso firmamento); pero es de alarmase cuando alguno de los dos resuelve irse a dormir al sofá cama.
Ambos sexos se han igualado en el manejo de este mueble y tras la incorporación del sofá cama a la vida moderna, pocas esposas se marchan a casa de su madre luego de un gran disgusto, sino que incautan la mejor cobija para, con un movimiento de ultimátum, abrir el sofá cama, descolgado como un reptil que extiende su mullida lengua sobre la alfombra del recibidor.
Las más ardientes reconciliaciones quizá se den sobre el sofá cama; aunque, si no prospera la tregua, resulta muy provechosa su habitual ubicación a pocos pasos de la puerta de salida…