sábado, mayo 23

Irradie sabiduría

¿Acaso duda usted de esa certeza astronáutica según la cual el sol sale para todos? ¿Quién en su sano juicio se atrevería a negar que, efectivamente, lo que no mata engorda? De allí que no entiendo cuando una persona lamenta haberse quedado sin palabras, sin nada que decir o algún buen consejo que ofrecer al amigo que lo necesite: toda frase pronunciada por su interlocutor da pie a irrefutables lecciones de vida que, formuladas en el momento justo, permiten largas horas de amena y edificante charla. A modo de ejemplo, vierto en estas líneas una conversación oída recientemente en el Metro, y la cual usted podrá tomar como modelo para convertirse así en un faro de elocuencia y sabiduría:
- ¡Epale, con que ave de mar por tierra! ¿Cómo está la cosa?
- Más o menos.
- ¿Y los hijos? ¡Seguro igual de listos que el padre! Es que de tal palo…
- Bueno, el otro día el mayorcito me alzó la mano.
- No te preocupes, eso pasa hasta en las mejores familias. ¿Y la mujer?
- Me abandonó hace poco.
- ¡Ver para creer! Pero no te ahogues en un vaso de agua, mira que en la vida todo tiene remedio, menos la muerte. ¿Le has intentado hablar? Así es que se entiende la gente. Hay que darle tiempo al tiempo, que lo cura todo mientras el amor perdona ese mismo todo. Aunque… ¿crees que donde hubo fuego cenizas quedan?
- No creo.
- Bueno, pasó lo que tenía que pasar, más se perdió en la guerra. Te informo: más vale solo que mal acompañado. No hace falta la que se fue, sino la que viene ¡Un clavo saca otro clavo!
- Sí, comencé a salir con alguien, pero es cleptómana.
- Explícame… ¿fue entonces peor el remedio que la enfermedad, o saliste de Guatemala para meterte en Guatepeor? Es que las desgracias no vienen solas, pero a lo hecho pecho.
- Y ni te cuento que en la oficina me va terrible con el nuevo jefe.
- Uno no sabe para quién trabaja. Déjalo tranquilo porque el que la hace, la paga.
- ¿Y las cosas caen por su propio peso?
- ¡Claro! A la larga todo se sabe. Tranquilo, que Dios aprieta pero no ahoga, da y quita, y dice ayúdate que yo te ayudaré.
- ¿Dónde dice eso Dios?
- A buen entendedor… No te preocupes que en la vida todo tiene remedio, menos….
- Ya eso me lo aconsejaste.
- Ay, disculpa.
- La buena noticia es que estoy pensando en montar mi propio negocio.
- Con lo de la crisis, es meterse en camisa de once varas. Las empresas pagarán poco, pero más vale pájaro en mano.
- Es mi sueño.
- Y soñar no cuesta nada. Aunque la peor diligencia es la que no se hace, siendo la esperanza lo último que se pierde. ¿Sabía que quien no llora no mama? En todo caso, cuenta conmigo pues dos cabezas piensan mejor que una.
- ¿Y en la unión está la fuerza?
- ¡Exacto! ¡Y también mañana será otro día!
- Chico, qué reconfortante es hablar contigo. Me siento mucho mejor luego de tan alentadoras palabras.
- Se hace lo que se puede.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ahhhh [suspiro]... quien te quiere te aporrea! pero la vida es una sola y, como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, sigo viaje porque caminante no hay camino se hace camino al andar...

Laura Tovar A. dijo...

WOwww con amigos asi...jajajaja eso esta como una vez que trate de reconfortar a alguien diciendo cosas sin pensar...cuando la persona me repitio lo que yo habia dicho, no supe donde meter la cara por la torpeza de mis palabras :( cosas que pasan como diria el dicho ;)