martes, enero 26

Con la mafia hemos topado

El que usted sea de las personas que desprecian la existencia de una mafia dentro del ámbito de su desempeño, revela, no que usted odie a la mafia en sí, sino la desgracia de hallarse al margen de tan apetecida élite o -como mejor lo expresó el periodista y alto pana Rafael Jiménez Moreno- “en las facetas más disímiles de su cotidianidad, la mayoría de los venezolanos tienden a la mafia, o por lo menos a reproducir sus modos y maneras en los correspondientes entornos de acción. Actúan como guiados por una verdad no escrita, aunque sí revelada: lo único malo de la mafia es no pertenecer a ella”.
Y no es para menos pues nadie duda de que el círculo es la figura geométrica perfecta, de las utilidades percibidas por formar parte de esas esferas que dominan las artes, el deporte, la política, los negocios, y cuya naturaleza excluyente hunde a los forasteros en el charco del anonimato y la pelazón. Podrá usted ser el Pavarotti de su oficio pero si está fuera de la mafia, olvídese del canto. Así que si desea ser el orgullo de sus padres póngase proactivo para resolver el misterio que lo inquieta desde hace mucho ¿Cómo unirse a ese trencito, de qué manera alistarse a la aristocracia por la que -vamos, sea franco, estamos en confianza- sueña embobado?
Antes ha de saber que todas las logias de este tipo obedecen a una lógica afín. Además de su acceso limitado pues si no serían feria de pueblo, tales comitivas abrigan una inconmovible escala jerárquica dominada por el césar responsable de bendecir -o no- la incorporación de nuevos miembros. Usted nació con la arepa bajo el brazo si resulta ser pariente o pareja del monarca, con lo que economizará numerosos trámites y de los actos escolares su nombre saltará a los créditos protagónicos de la telenovela estelar. Si por sus venas no corre sangre azul, entonces ha de esforzarse un poquito más.
Una manera de acceder al faraón es mediante amigos comunes; de la mano de un intermediario podrá cruzar el cerco, pero ya luego estará a su suerte. Un primer impulso será lavarle los pies a su Majestad con gozo manifiesto, conducta que tan bien habla de su instinto, pero tampoco se precipite de manera que aquél advierta la desesperación. De allí que ha de conducirse con la sumisa elegancia propia de acciones tales como asentir frecuentemente, acostumbrarse a poner la otra mejilla y eso sí, por nada, pero por nada del mundo ose esclarecer un punto o -¡Dios nos libre!- llevarle la contraria a su merced pues antes de parpadear ya estará fuera del paraíso.
Ahora deberá pagar el rito de iniciación, someterse al sacrificio que barrerá toda duda de que usted merece un curul en la manguangua. Si su talento no destaca entre el conjunto, recuerde que la maledicencia es llave que abre muchas puertas y haga de los enemigos de sus palancas sus enemigos mortales, póngase a echar pestes de los disidentes y le irá de maravilla. Con empeño, mañana hasta podría ser el ungido sentado a la diestra del Señor.
Si ninguna de las astucias citadas resulta (si algo le sobra a las mafias son aspirantes), queda una última alternativa: ¡monte su propia mafia!, recurso asiduo entre quienes critican el carácter cerrado de las cofradías como primer paso para levantar su propia alambrada.

martes, enero 19

Regia boda en el Sambil

Aquel iluminador enunciado según el cual los centros comerciales son las catedrales del mundo moderno, no es una simple metáfora y desde hace un par de años, en fechas próximas al Día de los Enamorados, numerosas parejas prometen compartir sus vidas mediante bodas comunitarias organizadas en los diferentes centros Sambil de nuestra geografía.
Aunque algunos juzguen irónicamente la celebración de un casorio dentro de las instalaciones del encerado recinto, no imagino un mejor lugar para ello pues allí muy probablemente los tórtolos fueron presentados, fijaron su primera cita arropados por la cómplice oscuridad de una sala de cine, o se juraron amor con los dedos entrelazados sobre una mesa de la feria de comida. Gracias a insuperables ventajas como lo son un ambiente seguro y el tener todo a mano ante cualquier contingencia, tampoco dudo que dentro de poco ésta será la futura sede de bautizos, fiestas de quinceaños, velorios; y, en el específico caso nupcial, de seguro las páginas sociales de la prensa no tardan en difundir ampliamente el conmovedor acontecimiento:
“Emotiva resultó la boda entre Romualdo Spaventa y Mariana Mercado, efectuada el pasado domingo en el Nivel Autopista del capitalino Centro Comercial Sambil y que contó con la concurrida asistencia de familiares, amigos íntimos y 3.751 extraños. Momentos antes de oficiarse el casamiento, la coqueta novia acudió a secarse el pelo en Sandro, de ahí pasó a la zapatería de moda para elegir el calzado que acertadamente combinaría con el ajuar obtenido con un 25% de descuento gracias a las atractivas ofertas que a principios de año ofrecen muchos de los establecimientos comerciales.
El novio, por su parte, celebró su despedida de soltero en compañía de sus compinches reunidos en una tasca del Nivel Libertador; y, pese a que uno de los testigos demoró en llegar porque se encontraba cancelando la factura del teléfono, el programa matrimonial se desarrollo con mucha alegría y un variado menú en el que abundaron cotufas, papitas fritas y tinitas de dos y hasta tres sabores.
Los más allegados agasajaron a la feliz pareja con efectivo recién sacado de los cajeros automáticos adyacentes, más herramientas de Ferretotal que sin duda serán de mucha utilidad en su vida en común. Es de resaltar que la gala alcanzó su clímax romántico cuando los contrayentes descendieron por las escaleras mecánicas para dar su primer baile como esposos, llevados por los melodiosos acordes del hilo musical que animó el evento.
Pese a que la velada no pudo prolongarse sino hasta el instante en que la gerencia anunció que estaban a punto de picar el servicio eléctrico, la pareja (previo paso por El Palacio del Blumer) marchó jubilosa rumbo a la luna de miel teniendo como destino una paradisiaca colchonería ubicada en el Nivel Acuario, y cuya vidriera fue debidamente cubierta con una cortinilla para proporcionarle intimidad a los recién desposados al momento de cristalizar su amor”.

viernes, enero 15

Silvia luego de la nostalgia


Gracias a Internet puede que luego los más jóvenes no conozcan ciertas variantes de la nostalgia. En el terreno televisivo, por poner un caso, los tripones de ahora no han terminado de ver un episodio de Digimon cuando ya esas escenas los esperan archivadas dentro de la infinita videoteca virtual, cosa estupenda, eso nadie lo discute, pero que aniquila por completo el extrañamiento por verlas nuevamente, como un cofre del tesoro que no provoca buscar porque no está escondido.
Antes de Google proliferaba la sensación de que ciertos milagros no volverían a repetirse y entre viejos amigos uno reconstruía nostálgicamente las vicisitudes de Meteoro o cuando en un capítulo de Mazinger Z, Afrodita A echaba sus tetas al aire a modo de torpedos; con Youtube, la añoranza liquidó los trámites para instalarse al alcance de la yema de los dedos, sobre el teclado, aunque con valiosas pérdidas. Despojados de inocencia infantil, ahora los adultos recorremos esos episodios con la misma impresión del señor que regresa a la casa en la que fue criado para descubrir que las cosas son más pequeñas de como las recordaba. Un poco desilusionado, se descubre entonces que lo más preciado de Mazinger Z no es precisamente Mazinger Z, sino el recuerdo de Mazinger Z.
Lo mismo ocurre con las canciones que imaginamos nunca volver a oír. Tras pacientes búsquedas entre los programas de intercambio de archivos musicales, recuperamos la melodía que determinó un momento o una época; sí, la nostalgia se agolpa las primeras veces en que la escuchamos en el iPod, casi siempre durante una cola del tráfico, la escuchamos una y otra vez hasta que el ayer y el hoy se enredan restándole a esa canción su calidad evocadora, el ahora la contamina hasta convertirla en otro tema del momento, en deudas por pagar y el vehículo de adelante que no avanza (sugiero no oírlas mucho pues con cada nueva reproducción, las viejas canciones se ensucian de presente).
Así pasa con las personas. Las redes sociales ofrecen el chance de recobrar el contacto con aquellos que conocimos hace tiempo, pero los reencuentros magníficos (que los hay, aunque pocos. La mayoría de las amistades que una vez creímos entrañables ahora se diluye en saludos corteses y la ficticia promesa de verse algún día) se pagan con un alto precio. Me ocurrió con Silvia, la tierna por la que en bachillerato suspirábamos los manganzones. Semanas atrás la conseguí por Facebook; tres hijos mediante, divorciada y vuelta a casar, todavía luce hermosa, aunque las fotos de su álbum virtual la devuelven muy diferente a la Silvia que por años y hasta hace poco retozó en mi memoria.
- Silvia ¡Qué de tiempo! ¿Qué haces?
- Chico, aquí, bien… -respondió por mensaje privado y a través de Twitter hoy estoy al tanto del día a día de Silvia.
Pero cuánto echo de menos su recuerdo.

martes, enero 12

Bambalina pimienta

Tras el Día de Reyes, para esta semana toca retirar la Navidad mediante el fastidioso desmantelamiento del árbol navideño más la demolición del pesebre, que pasarán a agarrar polvo en una caja hasta las próximas fiestas decembrinas; aunque, con el fin de sacarle provecho durante todo el año a esa inversión, sugerimos acatar las siguientes recomendaciones y así meterle el pecho a la bancarrota que llega con enero:

Ni una hallaca más
Sin duda aún le quedan dos o tres multisápidas dentro de la nevera pero, a estas alturas, ya el ahora extemporáneo platillo ha saturado el paladar de los comensales ¿Qué hacer? No las bote, que botar la comida es malo, y desármelas para reciclar sus ingredientes: con los adornos como la cebolla y las aceitunas confeccione una deliciosa ensalada a la que, si es su deseo, puede añadir la guirnalda de la puerta; mientras la masa y el guiso son los componentes esenciales para unos apetitosos bollitos pelones.

Papel de regalo conservante
En vez del costoso papel aluminio, la envoltura abrillantada de los regalos decembrinos es magnífica para preservar en la nevera los apetitosos bollitos pelones.

Lucecitas multiuso
Con el fin de sacarle el jugo durante todo el año, recurra al cordón de lucecitas para tender la ropa recién lavada, como correa de pasear al perro, o entrégueselo a los tripones de la casa para que disfruten horas de solaz esparcimiento saltando a la cuerda (eso sí, cuide de no dañar ningún bombillito ya que la idea es utilizarlo durante la próxima Navidad).

Contra maridos maltratadores
Ya basta de mantener una actitud pasiva ante los atropellos físicos de su esposo y, al menor asomo de violencia intrafamiliar, esgrima como una amazona el hueso de pernil o arrójele la punta del árbol navideño a modo de estrella ninja.

Iluminación de emergencia
Bajo ninguna circunstancia guarde los candelabros ni el centro de mesa coronado con sendas velas pues serán de gran beneficio durante el siguiente apagón.

Pino siempre verde
Si es de plástico, en vez de desarmarlo colóquelo dentro de un matero en el balcón o siémbrelo en el jardín y así, sin necesidad de despilfarrar el tan preciado y hoy escaso líquido, contará con una naturaleza inmarchitable.

Gorro de San Nicolás
Téngalo siempre a mano puesto que nunca se sabe en qué momento, gracias al color de este accesorio, tendrá que colocárselo.

Pesebre versátil
Guárdelo provisionalmente en el closet para, durante el próximo Día del Niño, sorprender a la princesita de la casa con esta versión inédita de la Barbie Rural, con inmueble con techo de paja y hasta muchacho incorporados.

Bambalina protectora
Pocos sospechan lo eficaces que resultan los adornos navideños como armas de defensa personal. Nada mejor que ese triqui traqui que le sobró el pasado 31 para espantar al choro que procure penetrar en casa durante la noche; y si se le acabó el gas pimienta que siempre lleva en la cartera, sustitúyalo por una bambalina que arrojará certeramente sobre la cara del antisocial en labores de asalto, y quien permanecerá aturdido durante el par de minutos en que usted escapa de la horrible situación.

sábado, enero 2

El aguajero

- Tiempo sin verle ¿Cómo anda la cosa?
- Aquí, compadre ¡Mejor que nunca! Estaba por llamarle y es que desde hace semanas lo llevo en la mente, hasta he soñado con usted, hermano del alma, gemelo imborrable de mi corazón ¿Cómo le va?
- Más o menos, actualmente a pie porque se me echó a perder el carro.
- ¡Haberlo dicho antes! No se preocupe: el fin de semana usted me lleva ese carro a la casa que yo se lo arreglo el mismo día.
- ¿Y usted conoce de mecánica automotriz?
- ¡Por supuesto! He hecho cursos varios tanto dentro como fuera del país.
- No sabía.
- Es que yo soy un carajo muy humilde, no ando por ahí pregonando ese tipo de cosas ¿Y qué tiene el carrito?
- Se le fundió el motor luego de que el dispositivo que esparce el aceite dentro del sistema propulsor dejara de lubricar las bielas del cigüeñal.
- ¿Eso es todo? ¡Yo se lo acomodo en un santiamén! Ya sabe que cuenta conmigo para lo que sea.
- El problema son los repuestos que no hay.
- Hoy mismo se los consigo con un contacto que tengo por ahí.
- Buenísimo. ¿Y de resto, cómo está todo?
- ¡Mejor que nunca! Ahorita ando con un par de mujerones, una morena y la otra, pelirroja. Lo voy a invitar un día de estos para que salgamos a echarnos unos tragos y presentarle a la hermana de alguna de ellas, o de ambas, que están igual de buenas. Claro, usted ni lleve la cartera. Yo pago todo. Va a ser inolvidable.
- Pero no me vaya a dejar embarcado como la última vez.
- Esa noche se me murió la batería del celular, luego lo estuve llamando y salía ocupado ¿No le llegó el mail que le envié al día siguiente?
- Creo que no. Y a todas éstas… ¿qué lo trae por aquí tras tanto tiempo?
- Para su beneficio, vengo a proponerle el negocio del siglo XXI: exportar matas de sábila a Pakistán. Un tiro al piso. Mire acá las cuentas meticulosamente explicadas en esta servilletica. Y recuerde: no hay peor gestión que la que no se hace.
- Uuhhmmm, el asunto parece lucrativo, según la servilletica ¿Y qué papel juego yo ahí?
- Nada más y nada menos que el de financista. Con un par de melones de los fuertes, va a ser trillonario en cosa de meses, semanas quizá. A mí, a lo sumo, me quedará una guevonaíta.
- Me gustaría participar, pero ya sabe cómo está de dura la situación; además, si mal no recuerdo, usted no me ha devuelto mis ahorros que le facilité en calidad de préstamo hace años para los pañales de su bebé recién nacido.
- Esas inversiones son de las que llaman de retorno a largo plazo. Pero le juro por mi madre que la quincena que viene va a empezar a ver jugosos dividendos.
- ¿Cómo lo de su doctorado?
- Óigame bien que le voy confiar una verdad: este año sí me gradúo de bachiller, otra vez por mi madre que sí.
- ¿Ya no más aguaje ni villas o castillos?
- ¡No se me ponga malicioso, compadre! ¿Va usted a dudar así de mi palabra e integridad?
- Ni que fuera pendejo.
- Y ahora me voy que la morenaza me está esperando. Eso sí: seguro, seguro mañana lo llamo a primera hora para concretar el arreglo del carrito más lo de la hermana de la pelirroja.
- ¿Me llama entonces?
- ¡Ya ese hembrón es suyo!

Bromas para el Día de los Inocentes

Mañana es Día de los Inocentes, fecha cada vez más difícil de conmemorar pues, a medida que pasan los días, en el país disminuye aceleradamente el rubro del candor; sin embargo y como siempre queda algún ingenuo por ahí, acá algunos trucos para pasar el día de manera grata; eso sí: recuerde cerrar la broma con la tradicional frase “¡caíste por inocente!”.
“Te perdono la deuda”
Broma muy cruel que puede jugarle el acreedor a su atormentado e insolvente deudor; éste, por su parte, podría contraatacar argumentando: “Aunque te juro que en la próxima quincena te pago todo lo que te debo”.
Compras programadas
Aliente a sus amigos a adquirir casa y carro mediante tan crédula modalidad (también puede hablar primores de los productos ofertados en los infomerciales).
“Mamá no viene”
Dígale a su marido o esposa que su madre (la del otro, se entiende) desistió de pasar juntos la noche de fin de año. Deje que su consorte disfrute por horas -y hasta días- de tan dichosa noticia que será miserablemente desmentida el propio 31 de diciembre cuando la doña se apersone en la puerta de la casa.
Reemplace productos
Como una variante de la vieja técnica de sustituir azúcar por sal dentro de los tarros de la cocina, puede suplir el azúcar por papelón y las servilletas por papel periódico (aunque dicha maniobra es ya de ordinario uso tras las fallidas visitas a los automercados).
Sólida banca incipiente
Anime a sus conocidos a sacar sus ahorros de las instituciones financieras que integran la banca tradicional, y colocarlos en entidades recién inauguradas y que ofrecen unas tasas de interés buenísimas.
TV con buena señal
Coloque una película en el DVD y diga que se trata del servicio de televisión satelital. Ría para sus adentros viendo cómo los demás se regocijan porque la señal no se pixela y mucho menos queda en negro apenas una nube surca el cielo.
Mayor cupo de Cadivi
Envíe un correo electrónico a sus conocidos donde se anuncie que se aumentó a 15.000 el cupo en dólares.
La hallaca imaginaria
Sirva a sus amistades una hallaca de Bs. F. 40 pero diga que se trata de las de Bs. F. 4, para así entusiasmarlos a que las compren (no olvide visitarlos para verles la cara cuando descubren la demacrada verdad).
Artificiosos comentarios de cine
Acérquese a la cola de un cine y comente a viva voz a través del teléfono móvil, frases como: “Luna nueva es excelente ¡No hay que perdérsela!” o “Lo mejor de 2012 es la trama”.
Noticias falsas
Como es costumbre, mañana los periódicos publicarán noticias ficticias que serán desmentidas en la última línea. Para los colegas periodistas, sugerimos acá algunos titulares con los que enriquecer tan maliciosa tradición: “Somos Tú y Yo” nominado al Emmy”, “Garantizado suministro de agua para Carnaval”, “Tiburones remonta la cuesta”, “Amy Winhouse jura no beber más” o “Se descubre que los amigos de Facebook son confiables”.
Electricidad 24 horas
Pida prestada una planta eléctrica y, a escondidas, instálela en su casa para que su familia presuma que finalmente se ha resuelto el problema de las fallas de este sector. Luego, devuelva el aparato a sus dueños y desterníllese de la risa ante el desconcierto de sus incautos parientes.