Uno es un malagradecido. Desde hace semanas disfruto del grandísimo privilegio de contar aquí con la compañía de la artista Irene Pizzolante. Y yo no había anunciado el prodigio con la debida fanfarria. Imperdonable. ¡Bienvenida, Irene! Y ahora a correr mutuamente con las consecuencias pues este espacio también te pertenece.
1 comentario:
Irene: sencillamente ¡bizarra!
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