jueves, julio 29

Cónyuges 2.0



- ¡Bonitas horas de chatear son éstas, ah!
- Mi amor, deja que envíe un último tweet.
- Te me desconectas del ordenador pero ya ¿O es que crees que no sé que te pasas colocándole “Me gusta” a cuanta bichita se te atraviesa en el Facebook?
- Vida, te juro que nunca le he enviado a ninguna de mis seguidoras ni un correo privado, ni un mensajito de texto siquiera.
- Pero si es que no hay que tener GPS para saber en qué andas: el otro día abrí tu carpeta de Favoritos y vi las vagabunderías de tu Historial ¡A ver si agarras un virus!
- Ya te he comentado que no soy fan de que revises Mis Documentos.
- ¡GUSANO! ¡RATÓN!
- No grites que me sacas de mi dominio.
- Comprimida yo, que me la paso todo el día metida en el Home trabajando como una eMule para cuando llegues encuentres el spam servido en el escritorio…
- ¿Y es que acaso yo me la mantengo en El Rincón del Vago? Deja la aplicación.
… Y en mi cumpleaños ni una sacadita a un cibercafé, ni una retuiteadita, al menos una tarjetica digital.
- No me etiquetes de pichirre porque hasta te mandé unas flores por Mercadolibre.
- Pero casi y que no por andar con tus 83 amigotes de la lista “Ex compañeros de bachillerato”.
- Maximizas todo. Sabes que necesito MySpace.
- Que me cierres la sesión de inmediato.
- ¿Y si no acepto?
- Entonces hoy mismo modifico en mi Perfil “Casada” por “Divorciada”, migro a donde @mimama y me quedo con tucarro.com y con tuinmueble.com.
- Chica, tus reportes de mis errores son puras configuraciones.
- Me tienes #harta. Pareciera que viviéramos en dos husos horarios distintos o que tú hablaras Español de Venezuela; y yo, Español de Nicaragua.
- Esas son tus amiguitas del Top Friends que te han llenado de comentarios el Muro.
- Es que ya ni siquiera respondes mis encuestas cuando pregunto a qué hada madrina o a qué princesa de Disney me parezco ¿Es por qué ya no estoy en línea como antes, verdad?
- Pero si es estás igual a cuando nos conocimos en ICQ e intercambiamos nuestros primeros archivos por Napster. Desde entonces, no he hallado en todo Google otro contacto como tú.
- ¿Y por qué ya no aparezco en tu Foto del Día?
- Déjame refrescarte en la memoria aquellas noches inolvidables frente a la pantalla, solos por la autopista de la información, sin más enlaces en todo el ciberespacio que tú, yo y la cámara.
- Cuando me hiciste caer en tus redes.
- Mi Delicius, echemos lo malo en la Papelera de Reciclaje y volvamos al Inicio.
- Chico, yo tampoco quiero colgarme en tanto foro de discusión.
- Yahoo! ¿Entonces no me darás de baja de tu Situación sentimental?
- No pienso Salir de ti, mi follower.
- Vayamos entonces a comprobar el tamaño de mi disco duro.
- ¿YouTube?
- Te voy a poner multimedia.
- :)

Ilustración: Irene Pizzolante
irenepizzolante@gmail.com
http://irenepizzolante.com/home.html

lunes, julio 26

"Instantes" para cuarentones


Si pudiera vivir nuevamente mi vida. En la próxima no permitiría que durante los cumpleaños me vistieran con safaris color crema ni que me compraran los estrenos decembrinos en Pepeganga ni en Tortolero.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho, recuperaría de entre mis gustos musicales las canciones de Enrique y Ana y las del Show de Los Muppets.
Tendría más cuidado con el amarillo # 5 presente en cada trago de Kool-Aid y Mañanita, repararía los casetes dañados con Pega Loca y no con cinta plástica, y cuando tocara exponer un tema en clase elegiría la cartulina y no el proyector que es una hoguera cuya bombilla suele arder a mitad de la charla sobre el ciclo de las mitocondrias. Tampoco temería confesarles a mis amiguitos que a veces no sintonizo un episodio de Meteoro o Mazinger Z por seguir las andanzas de Marco.
Si pudiera volver atrás, seguiría convencido de que los lunes son de Coquito, los miércoles de Chusmita y los viernes por la tarde para pasarlo en Dinky Donuts y Tropi Burger.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un koala en la cintura, jeans prelavados y el pelo repleto de Brylcreem. Y aunque no volvería a comprar el disco de Milli Vanilly, si pudiera vivir nuevamente mi vida bailaría con igual entusiasmo los temas de Porfi Jiménez, Las Chicas del Can y Wilfrido Vargas. Si pudiera volver a vivir, viajaría más en Viasa a Miami valiéndome del dólar a 4.30.
Claro que tuve momentos de alegría, pero lo dudaría seriamente cuando mi mujer jurase (como si no la conociera ya) su dulce temperamento y que cocina muy bien.
Yo fui una de esas personas que luego se endeudó insensata y prolíficamente para comprar casa y carro; pero si pudiera volver a vivir compraría dólares para tenerlos de reserva en caso de una devaluación monetaria, no depositaría los ahorros en el Banco Latino y ¡ni de vaina! en el Canarias.
De seguro seguiría mortificándome cada vez que una chama me brindara el tratamiento de “señor”, por lo que trataría de que mi barriga de cervecero no creciera tan enfáticamente como lo ha hecho y combatiría el colesterol malo abriendo el frasco de Omega 3 que desde hace mucho coge telarañas en el fondo de la gaveta de mi mesita de noche.
Sería más discreto en Twitter y no aceptaría en Facebook a tantos supuestos amigos. Aprendería a decirme sí a mí mismo. Tampoco permanecería en este empleo si llegara a recuperar el espíritu aventurero del que gozaba cuando era carajito.
Si tuviera otra vez la vida por delante, seguiría creyendo fervientemente aquello de que guillo que hay mucho pillo. Y -como ahora con el iPod y el Wii- seguiría valiéndome de un fino destornillador al momento de destapar los cartuchos de los juegos de Atari para descubrir qué maravillas guardan dentro.
Por si no lo saben, de todo eso está hecha la vida.
Pero ya tengo 40 años y sé que me toca el examen de la próstata.


Ilustración: Irene Pizzolante
irenepizzolante@gmail.com
http://irenepizzolante.com/home.html