martes, febrero 15

Mi debut en la autoayuda


Descorazonados caballeros y damas melancólicas, hoy decidí imprimirle un tono edificante a la presente sección con el propósito de brindar sosiego a todos aquellos que andan sin guía por el mundo, atribulados, carentes de un faro espiritual que los ilumine en medio de la encrespada marea de la existencia; así que oído al tambor que en las líneas que siguen revelaré el secreto de la felicidad y los pasos para alcanzarla, la fórmula para que tomes las riendas de tu destino y consigas absolutamente todo lo que te propongas, desde caminar sobre las aguas hasta acertarle al Triple Gordo.
Quizá el hecho que seas un miserable perdedor se deba a que te dejas arrasar por el oleaje de las emociones, pero.... ¿cómo saber si ese es tu caso? Muy fácil ¿Quedas sumido en la oscuridad cada vez que se va la luz? ¿Te carcomen los celos si descubres a tu pareja con uno o varios amantes en tu propia cama? ¿Te invade la ira si tienes un terrenito y te lo expropian? ¿Eres de los que pierden el buen humor en medio de un secuestro express? Si respondiste afirmativamente alguna de las interrogantes, estas palabras son para ti.
La primera tarea para transmutarte en el constructor de tu futuro consiste en revisar tu yo interno, sin olvidar que todo depende del cristal con que se mire y, fundamentalmente, que no hay mal que por bien no venga. Y es que la felicidad es una semillita a la que hay que sembrar y abonar y regar cada día para que germine en medio de la noche y crezca como un roble colmado de hadas y duendes, cosa que me recuerda la fábula del periquito que no podía hablar. Y no podía hablar debido a que mantenía la autoestima por el piso, pero cierta vez meneó su alma para sacudirse de encima los pensamientos negativos y desde entonces diserta con tal fluidez que hoy hasta conduce su propio talk show en Animal Planet. Como la semillita y el periquito, en tus manos reposa el poder del ahora que te convertirá en un ¡GANADOR!
Claro que sacar a relucir al héroe que vive en ti amerita ¡ACTUAR! El arco iris no toca a la puerta ¡Eres tú quien debe salir a buscarlo tras la tempestad! Por ello y en primera instancia, elabora una lista de aquellas metas que deseas cumplir. Si, por ejemplo, eres de baja estatura, repite cada mañana frente al espejo: “Yo soy alto”. Y, como es de esperarse, a los pocos días comenzarás a ganar centímetros de manera pasmosa; o si tu pareja te cae a palos cada vez que llega a casa vuelto leña, escribe todas las noches en un papelito naranja “Yo me quiero”, y al cabo de media resma notarás cómo mejora tu relación de pareja y ese bichito maltratador se convierte en un bendito.
Eso sí, para conseguir todo esto que te digo, graba en tu memoria la siguiente certeza: saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera, pintarse la cara color esperanza ¡tentar al futuro con el corazón! Y si luego de poner en práctica estas sabias lecciones sigues siendo un miserable perdedor, te sugiero invertir una módica suma para asegurarte un asiento en mi próxima conferencia, “21 claves para sonreír eternamente”, o adquirir mi libro “La culpa es del queso”, cuya edición de lujo viene acompañada de una semillita y abundantes imágenes para colorear.

Ilustración: Irene Pizzolante
irenepizzolante@gmail.com
http://irenepizzolante.com

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