viernes, marzo 2

Con todos los gastos pagados

Lo primero que pregunta mi señora al enterarse que la empresa me envía de viaje, es la razón y el tiempo en que se prolongará la estadía afuera. Luego de apurar esta inevitable muestra de interés, un brillo toma su mirada y hasta se muerde los labios al momento de averiguar lo importante: “¿Y cuánto te dieron de viáticos?”.Así se inicia el vía crucis de los viáticos. Los compañeros de la oficina reaccionan como si uno acabara de ganarle una demanda a Microsoft. “¡Upa, cachete, estás buchón!”, indirecta para que les convide el almuerzo o unas frías, que de negarnos se estrenará por los pasillos nuestra reputación de miserables. Pero recibir viáticos también tiene su encanto, que no es el dinero en sí, qué va; sino la renovación de argumentos para hablar pestes de la compañía.
Y es que ninguna empresa que se respete y siga a cabalidad el principio de la explotación del hombre por el hombre, es decir, ninguna empresa, ofrece viáticos decentes. Es un punto de honor en el manejo efectivo de sus finanzas. Hasta sospecho que en las escuelas de administración imparten una materia electiva llamada “Viáticos o cómo hacer que un empleado sobreviva fuera de la ciudad con 2 mil bolívares diarios”. El caso es que la pichirrería organizacional alienta los resentimientos laborales. “Me envían a Guasdualito por un mes y sólo me dan 20 mil bolívares de viáticos ¡Cuánta mezquindad! Con todo el dinero que ganan…”. Y por ahí uno se explaya en un encendido manifiesto contra el capitalismo salvaje.
Gastarlos con prudencia requiere acoger los hábitos de un faquir ¿No me iré a desmayar si desayuno sólo un juguito? ¿Si pido un quesillo luego del almuerzo, me lo irán a descontar de prestaciones? ¿Si economizo caminando los 15 kilómetros que hay del aeropuerto al hotel (a darse con una piedra en los dientes si es de una estrella), me quedará algo para un Cocosette como recuerdo de viaje? ¿Despilfarro en agua mineral o busco una manguera para mitigar la sed con agua e´chorro?
Lo peor espera al regreso. La relación de gastos. No hemos colocado la primera nalga sobre el asiento en la oficina, cuando ya está llamando la secretaria de administración para solicitar el envío de la relación de gastos. Brilla el enigma que atribula a todo empleado al regreso de un viaje: cómo justificar los traslados en taxi cuando ningún chofer tenía factura. Y de nuevo te llaman de administración, con un empeño que lleva a pensar que la empresa aguarda los 1.500 bolívares que quedaron de los viáticos para pagar nómina.
Porque algo es cierto: así se termine poniendo reales de la quincena debido a que la tarjeta telefónica adquirida para llamar a la madre moribunda no consta como consumo justificado, devolver parte de los viáticos es el mejor ardid para figurar como un empleado virtuoso, de esos a los que el jefe palmea en la espalda y honra con el privilegio de recorrer el mundo con todos los gastos "pagos".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajajaja es cierto lo que dices. A pesar de que no estoy graduada conozco el mundo laboral y sus injusticias financieras, especialmente las dirigidas a los simples y explotados pasantes que realizan casi el mismo trabajo que un licenciado pero no se les paga (o si lo hacen es una suma insignificante). :'(

Unknown dijo...

ja...y yo pensé que me pasaba solo a mi...realmente siempre anda uno recortado
Saludos

Principito dijo...

Je!
Ningun ejecutivo piensa en la miserable imagen que uno da representando a la empresa por ahi casi mendigando una moneda.

Alexander Morales dijo...

Jejeje triste realidad lo que se describe en su cronica, le escribia para felicitarlo y pedirle su opinion y asesoria acerca de las pistoladas q escribo lo invito a mi blog a q las vea y las mente jejeje!

www.orbitavalenciana.blogspot.com