Hoy muchos vacacionistas desentierran la sombrilla playera e introducen en una bolsa el traje de baño todavía empapado para volver a casa y reincorporarse dentro de poco a sus labores. A algunos se les nota sumergidos en sus pensamientos, distantes, con los sesos a millón barajando una excusa convincente para presentar ante el patrono y diferir por unas horas el regreso a la rutina. Pero ¡mucho cuidado con el pretexto a escoger!, que una justificación inapropiada puede traducirse en vacaciones permanentes tras la llorosa visita al departamento de Recursos Humanos.
Una encuesta publicada en la web careerbuilding.com arrojó que el 23% de los empleadores ha despedido a algún trabajador luego de oír explicaciones manidas tales como el padecimiento de achaques, la perdida de un familiar o haber sufrido un accidente de tránsito; y a menos que decida usted combinar tales coartadas en una sola (“Jefe, ayer no vine a trabajar porque me compliqué del estómago tras enterarme del fallecimiento de mi suegra y así sería mi angustia que choqué el carro contra un poste”), despliegue su ingenio con argumentos originales que le permitan disfrutar sin preocupaciones de otro día de zambullidas y nuevas rondas de piñas coladas. Acá, ciertas sugerencias a ofrecer a golpe del próximo martes o jueves:
- “Me estaba bañando tranquilamente en la playa cuando quedé atrapado entre varios témpanos de hielo que atracaron en Macuto producto del calentamiento global”.
- “¿Recuerda el caso de Thomas Beatie? Pues sospecho que yo también estoy embarazado”.
- “Usted siempre ha dicho que uno tiene que aprender a delegar”.
- “Se me echó a perder el GPS del carro y no daba con la dirección”.
- “Estaba acompañando a un primo a visitar algunas empresas. Él es inspector del Seniat”.
- “Estaba donde el terapeuta para controlar los ataques de ira criminal que me asaltan cada vez que alguien se pone necio o me lleva la contraria”.
- “Aplacé mi regreso porque estoy loco por usted y me duele cada minuto que paso a su lado, saber que nuestra historia nunca será una sola”.
- “Fui a una marcha contra la intolerancia a las minorías ¿O es que aquí hay también discriminación y sectarismo, ah? ¿Los hay?”.
- “No me aparecí porque la última vez me faltaron el respeto”.
- “¿Sabía que el vago trabaja doble?”.
- “Una galleta de la fortuna en Facebook me sugirió que no saliera de casa porque me iban a atracar”.
- “¿Y ayer no era lunes bancario?” (si trabaja en un banco).
- “Estaba internado en una clínica de rehabilitación para combatir mi adicción al trabajo”.
- “La explotación del hombre por el hombre es inherente a todos los modos de producción antagónicos de clase, basados en el dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción mismos”.
- “¡Claro que vine! Sólo que me aseguré de que no me viese nadie”.
- “No vine a trabajar porque estaba haciendo lo que me gusta”.
- “Disculpe la ausencia, es que dediqué el día de ayer para sacarme el porte de armas. ¡Y aquí lo cargo!”.
3 comentarios:
jajajajajajaja
muy bueno broder
jajajajajajaja
la ultima la aplico una vez mi abuelo con una psiquiatra maleducada
jajajajaja
Jajaja, la de la galletica del facebook la va a aplicar más de uno...
jjjajjajjajjjajajajajjaa... brillante!
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