martes, julio 11

Pavosaurio al ataque



Saco del fondo de la gaveta una chemise color melocotón y los jeanes marca Guess, desempolvo mis Thom McAn, me rocío la papada con Azzaro, y salgo a la calle a reconquistar el mundo pues eso de la crisis de los cuarenta no va conmigo. Las cosas no han cambiado mucho. En la radio Iván Loscher anuncia a Elisa Rego, a Adrenalina Caribe, Sergio Pérez (¡el concierto de Yordano e Ilan en el Poliedro estuvo atrinca!), mientras doy unas vueltas de reconocimiento por los sitios de moda. ¡Carajo!.. ¿1900 My Way es ahora una agencia de lotería? ¿En la City Hall montaron una Quinta Leonor? Da igual. Busco un sitio con bastante bulla para levantarme a una de esas jevitas a las que los adultos contemporáneos les bajan las medias.
- Hola, cocha pechocha ¿en qué andas? –le digo a la tierna acodada en la barra-. ¿Te provoca una Bold?
- No bebo jabón.
- Chama, una cerveza Bold. Qué vacilón ¿Y estás sola?
- Ujum. Vine a puro browsear.
- No puedo creerlo, con lo agraciada que eres. Sin duda haces muchos aeróbicos ¿No te han dicho que eres igualita a Tatiana Capote?
- ¿A Tatiana qué? Apdateame que no hago link.
- No te hagas la zanahoria, que estás más esquiva que la madre de Marco.
- Mi papiro, deja el fantasmeo que yo lo que quiero es perrear.
- Con que te gustan las mascotas –digo, ya más cómodo en el tema canino- ¿Viste ya la última de Cocodrillo Dundee?
- Sin rebuleo, mi cangri. Tú como que eres burundanguero.
- ¡Eso! “Tongo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé” ¿O quizá prefieras una de Pochy y Su Cocoband?
- Forwardeame esa info que no testeo.
Qué enchave con la tierna. Mejor paso a una cotorra de cultura general:
- ¿Leíste “Los Versos Satánicos”, de Salman Rushdie?
- Yo lo que quiero es mambotear –dice ella, conduciéndose como una posesa hacia la pista de baile, mientras yo repaso un par de movimientos al mejor estilo Dinamita (con sumo cuidado para que no se me ruede el bisoñé).
- ¡Upa, cachete! Bailas mejor que Juana la Cubana –le comento. De inmediato la moza se coloca de espaldas y comienza a frotarse el fondillo contra una de mis rodillas mientras entona la lírica de la canción puesta por el discjockey: “Acorrala, hala, toma por el pelo/aulla, aruña, aprieta por el cuello/aprovecha dale, negro, no toy pa juegos/si toco, toca, dale; yo voy primero”.
- ¡Suéltate sin confuseos, ven y perréame, frontéame! –enloquece la greñúa-. Latiguéame bien duro, mi hot dog, que ando sin jockey!
Con la excusa de ir por un trago, la arrastro hacia la barra para librarme de un tercer infarto inminente.
- Espérame aquí sentadita, que ya regreso.
- Tú como que eres guasa guasa, guasa guasa –la escucho a la distancia, mientras salgo del bonche haciéndome el Willy, de vuelta a casa a reponer fuerzas con algún episodio de El Chavo o Mazinger Z porque mañana, sin duda, hay guerra de minitecas en Mata de Coco.

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