miércoles, septiembre 6
El Asomado
En las broncas de pareja siempre hay un Asomado. Es él o ella quien comete la pifia de servir de consejero cuando una esposa le reprocha a su cónyuge el por qué éste llega tarde a casa, o el marido le critica a su mujer los muchos gastos con la tarjeta de crédito. Gracias a la gestión mediadora de una botella de vino, una noche los amantes en disputa dirimen sus diferencias para, al momento del armisticio… ¿a que no adivinan cuál es el primer tema a tratar? Pues nada menos que la entrepitura de El Asomado, por “metiche y cizañero, que no te vuelva ver con ese monumento a la envidia”, se juran entre sabanas los tórtolos.
Cualquier jaleo convoca a El Asomado, que lleva siempre la de perder. Cuando una doña en el abasto demanda entre la concurrencia refuerzos para abominar del precio de la chocozuela, desde el pasillo de las legumbres asoma su cabeza el vegetariano que, emplazado para que exponga su opinión, de inmediato pasa a alojarse en medio de los dos fuegos. Sin que nada le concierna el desenlace de la disputa, será el único caído, la víctima solitaria sobre el campo de una batalla ajena.
En algún momento todos hemos representado el rol porque ser El Asomado o La Asomada no distingue géneros ni situaciones. Hombre o mujer; el mejor amigo es próspero en intromisiones, el gobernante asomado a beligerancias remotas, o la señora que al mostrarse en la ventana un cagajón de paloma le condimenta el peinado. El caso es que en cualquier atajaperro el primero en caer es el más pendejo (El Asomado). No precisa abrir la boca. Basta estar presente en el lugar y la hora equivocados.
Hoy en el país atosiga la pólvora; asomar el cuello afuera es un riesgo. Abaten a los héroes y a los rufianes. Pero el gremio al que pertenece El Asomado también aporta su dosis de absurdo. Sobran los ejemplos. Asomado a la puerta para mejor distinguir una trifulca callejera, caerá consumido por la metralla a la deriva, rumbo al charco del olvido sin comprender las razones de tan súbita paz.
Luego, un último y breve asomo en el noticiero de las once.
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3 comentarios:
muy cierto, en los rollos de pareja el asomao lleva todas las de perder.
Muy bueno. Saludos
Ya lo decía mi abuela Isabel: "Entre marido y mujer, nadie se debe meter".
Mucho cuidado con eso... siempre que no haya maltrato.. lo digo "por si'a las moscas"
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