jueves, octubre 20

Análisis del maleteo

Tras desaparecer de casa por un par de días o luego de una intensa pelea conyugal, más de uno enfrenta la penosa situación de encontrar sus cuatro trapos empacados y a las puertas de casa, desalojo que arroja dudas cruciales: ¿Ella está realmente brava o es puro teatro? ¿Se trata de un adiós definitivo o hay chance de reconciliación? ¿Será solo una indirecta para que llevemos los efectos personales a la lavandería? Partiendo de la premisa según la cual por la maleta se conoce al maleteado, las respuestas a todas esas preguntas reposan dentro del propio equipaje, cuyas características revelarán si la relación aún tiene futuro o llegó al ocaso:



Maleta en sí

El empaque que su señora eligió para meter los macundales es el primer síntoma a estudiar con aplicación. Si se trata de una bolsa negra de esas de botar la basura (y, de paso, con parte de la basura adentro), ya ella no lo ama y poco le importa que usted recorra las calles cual recogelata; pero si, en cambio, utilizó una de las piezas pertenecientes al costoso juego Samsonite, respire tranquilo, su amada no planifica partir de viaje y/o espera que usted regrese pronto ya que no va a ser tan gafa como para entregarle buenamente las lujosas valijas.



Con o sin rueditas

Ambas posibilidades ofrecen pistas desalentadoras. Si seleccionó la maleta con rueditas y hasta las aceitó, es que aspira a que usted se largue lo antes posible; la desprovista de rueditas significa que ella desea que le salga a usted una hernia lumbar.



Contenido

Los artículos depositados en la maleta ofrecen una data tan explícita como las evidencias en la escena del crimen. El cepillo de dientes y media docena de camisas componen el equipaje tradicional en estos casos, pero si a dichas prendas les acompañan sus interiores con huequitos en la rabadilla y franelas trasparentadas por el uso, ella no está dispuesta a servirlo en bandeja de plata y ansía avergonzarlo ante un posible amorío. El fuego de la esperanza sigue latente.



Condiciones y disposición del contenido

Pantalones planchados y camisas almidonadas son señales obvias de que ella aún se desvela por usted; contrariamente, maleta con las cenizas del guardarropa incinerado sobre la hornilla o en una fogata del patio, es un signo igual de preocupante a si la dama ocultó dentro de los compartimientos interiores navajas, alfileres, escalpelos o algún otro tipo de material punzopenetrante.



Lugar de colocación de la maleta

Al pie de la cama: su señora anhela que, del tramo que va de la alcoba a la puerta de la casa, usted pida disculpas y proseguir la relación. En la puerta de la casa: dense un par de semanas para reflexionar. A media cuadra de la casa: dense un par de meses para reflexionar. En el aeropuerto: vaya buscando abogado.



Omisión de la maleta

Que ella prescinda de la maleta y -cual mujer furiosa en una película italiana- improvise desde el balcón un diluvio de corbatas y calzoncillos, es una declaratoria pública de la ruptura, así que trague grueso, recoja de la calle aquel bochorno y parta a comprar su propia maleta que de la Samsonite no volverá a saber jamás.






Ilustración: Irene Pizzolante irenepizzolante@gmail.com http://irenepizzolante.com

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